Social Icons

miércoles, 30 de enero de 2013

Los Dioses de Cada Hombre

1850

En este libro Jean Shinoda Bolen nos da un recorrido a través de los distintos arquetipos que definen a los hombres occidentales modernos. Basa cada uno de los “tipos” en uno de los dioses griegos, que de acuerdo con la autora corresponden a características muy definidas de los varones.

Realiza un análisis de como son los hambres de cada uno de los arquetipos, sus características definitorias, su habilidades sociales, laborales, sexuales  y sus debilidades y el porqué son como son, pasando por las distintas fases de la vida: hijo, hermano, estudiante, amante, esposo, etcétera.

Así encontramos a los Hombres-Padres Zeus, Poseidón y Hades, que se identifican el poderoso y dominante, el afectuoso pero lejano y el lejano y frío, respectivamente.

Posteriormente analiza a los hijos y hombres solteros y el valor que les da la sociedad y su equivalente en el Monte Olimpo. Entre los hombres-dioses estudia al hijo mayor y orgullo del padre Apolo; al despreocupado y vivaz Hermes; al rechazo y pendenciero Ares; al rechazado y trabajador Hefestos; al ambivalente Dionisio.

A través del análisis exhaustivo de cada uno de los arquetipos podemos observar como cada uno de ellos encaja con las  características de los hombres de la actualidad, cuales son los rasgos valorados y rechazados por la sociedad y por los propios hombres y mujeres y como se puede apreciar la dinámica de los roles de los dioses en cada uno de nosotros.

Es importante tener claro que aunque todos tenga rasgos más marcados de uno u otro dios, están todos inmersos en el subconsciente de todos y la dinámica y valor que le damos a cada uno de ellos es lo que nos hace ser como somos. Así descubrí que yo soy muy similar al Apolo y Hades seguido de Hermes pero en menor medida.

Atrévanse a autoanalizarse y descubrir cuales son los rasgos arquetípicos que los definen y después sepan como pueden ser mejores de lo que son.

Procrastinar

La verdad es que a todos nos ha pasado de alguna vez. Comenzamos a hacer algo que consideramos importante, pero mil y un cosas surgen para postergar lo que queremos hacer. 


Pero, no se trata sólo de postergar las cosas, si no que, además estamos conscientes de que hay algo importante, urgente o necesario que tenemos que hacer y no lo hacemos porque no estamos inspirados, o quizás algo mas nos llama la atención o se ha cruzado algo que queríamos hacer antes. Al final terminamos haciendo de todo menos aquello a lo que supuestamente le dedicaríamos nuestra atención y esfuerzo. Enfocarse, concentrarse, inspirarse y dedicarse es fácil en ocasiones, pero cuando no es así acabamos con una sensación de desazón y molestia por la falta de determinación que mostramos. 


 No se ustedes, pero yo voy a procrastinar un rato.